¿Con qué juega tu hijo?



"Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre”. Carl Sagan

Hace tiempo tuve la oportunidad de asistir a una discusión muy interesante en un salón de belleza, con lo cual se desmonta el mito de que en esos lugares sólo se habla de artistas, de novelas o de la vida de los demás.

Todo empezó con una escena atípica para el siglo XXI: una abuela llegó a la peluquería con su nieta de ocho años, la cual llevaba un libro de colorear y una caja de lápices de colores, con los que se distrajo durante todo el tiempo. Esto hubiera sido normal hace unos años, pero hoy día todos esperaban que la niña se hubiera entretenido con un Smartphone o una tablet

Los comentarios favorables no se hicieron esperar y, cuando todas coincidían en que era mejor que se entretuvieran con útiles tradicionales, alguien dijo que en un colegio de la ciudad ya les pedían tablet a los niños del kínder, con lo que provocó una acalorada discusión entre las que estaban a favor y las que estaban en contra.

Fue interesante escuchar y analizar los argumentos que esgrimían cada una de ellas, sobre todo porque reflejaban la edad, el rol que representaban y la época que les había tocado vivir.

Las mamás más jóvenes argumentaban que era un síntoma de vanguardia que un colegio utilizara herramientas modernas para la enseñanza. Las de mayor edad decían que no era necesario incluirla en la escuela a tan corta edad. Yo creo que en este tema hay mucho que analizar y discutir.

Lo cierto es que en Navidad la mayoría de los niños dejaron de lado los juguetes tradicionales y prefirieron los tecnológicos, y muchos papás se encargaron de regalarles una tablet a sus hijos.

Tal parece que, a estas alturas, ya han descubierto que no  hay nada mejor para mantenerlos entretenidos y tranquilos, lo que equivale a enseñarles a que calmen su frustración con cosas y no con personas. Por ello la polémica sobre el uso de estos dispositivos no se da sólo en el salón de belleza, se da también entre las familiasmaestros y expertos en la materia. 

Es cierto que los niños pequeños dominan la tecnología de una manera impresionante y que resulta divertido y sorprendente verlos deslizar su dedito por la pantalla y descubrir que algo pasa cuando lo hacen, adquiriendo en poco tiempo una maravillosa habilidad para utilizarla.

Son los llamados nativos digitales, término que surgió en 2001 y que se debe al escritor Marc Prensky. Sin embargo, la tecnología sólo es útil cuando apoya el desarrollo de las facultades del niño y no cuando lo entorpece en cualquiera de sus dimensiones. Algunos expertos han presentados estudios en los que se demuestra que la utilización excesiva de estos dispositivos puede provocar estrés infantil, conductas obsesivasdepresión o déficit de atención.

Por ello, es muy importante que los padres favorezcan el juego en sus hijos ya que con ello desarrollarán sus capacidades físicas, habilidades verbales, destrezas sociales, además de desarrollar también la inteligencia racional y emocional.   Es necesario que privilegien los juegos al aire libre, la convivencia con otros niños de su edad y sobre todo que le dediquen más tiempo a sus hijos.

No hay que ser un experto para saber que si un niño se involucra obsesivamente con los dispositivos tecnológicos, tarde o temprano tendrá problemas en su desarrollo físico o emocional y acabará aislándose. Por tanto, la actitud de la familia frente a la tecnología tiene mucho que ver con la forma en que los hijos se relacionarán con ella.

Los niños imitan todo lo que ven y muchos padres, hoy por hoy, no son el mejor ejemplo. Sólo hay que verlos embebidos en su Smartphone, ajenos a todo lo que pasa a su alrededor, perdiendo autoridad moral a la hora de pedirles a sus hijos que sean moderados en el uso de sus aparatos tecnológicos

Los padres también saben perfectamente el peligro que supone una adicción del tipo que sea y también se dan cuenta de la pasividad y el sedentarismo que provoca y que su abuso no permitirá el correcto desarrollo de su hijo; sin embargo, si ellos mismos no tienen autodominio, será muy poco lo que podrán hacer por ayudar a sus hijos a no depender en exceso de dicha tecnología.

Por su parte, las instituciones escolares presumen de estar a la vanguardia en tecnología y la utilizan como una manera de promocionarse, sin que haya de por medio un buen proyecto pedagógico que las justifique. Cualquier sistema educativo debe contemplar todo tipo de recursos y no remitirse a lo último en tecnología. No se puede perder de vista que son herramientas y que el hecho de que un niño las domine, no significa que automáticamente adquiere el aprendizaje.

La tecnología no es buena ni mala en sí misma, todo radica en el uso que se le da.  Es un hecho que los niños aprenden de todo y de todos, por tanto, la tablet o cualquier dispositivo tecnológico sólo será uno más de los estímulos con los que se favorecerá su aprendizaje y deberán aprender a utilizarlos, junto con la disciplina y las reglas que se implementarán para el buen uso de los mismos.

La tecnología por sí sola no basta, también tenemos que poner el corazón”.  Jane Goodall (Primatóloga y antropóloga inglesa)

Petra Llamas
 
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Publicado en La Jornada de Aguascalientes el viernes 10 de enero del 2014.



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