La prueba ENLACE, Justificación y autocomplacencia con los resultados


"La educación es un factor indispensable para que la humanidad
pueda conseguir los ideales de paz, libertad y justicia social".
Jacques Delors

La Evaluación Nacional de Logro Académico en Centros Escolares (ENLACE) es una prueba del Sistema Educativo Nacional que se aplica a planteles públicos y privados del País. 


En educación básica, de 3º a 6º de primaria y los tres grados de secundaria, en las asignaturas de español y matemáticas y una tercera materia rotativa (en 2008 ciencias, en 2009, formación cívica y ética, en 2010 historia y en 2011 geografía) hasta cubrir todo el currículum. 

En educación media superior, se aplica en el último grado de bachillerato, en asignaturas de comprensión lectora y matemáticas. Es una prueba de diagnóstico que no evalúa actitudes o valores, ni se enfoca a los procesos meta-cognitivos del alumno.

Este año, 2012, se aplicó, del 23 al 27 de mayo del 2011, a 14 millones 063 mil 270 alumnos en 123 mil 722 escuelas. La colaboración de la sociedad en esta prueba, por primera ocasión, fue a través de los Consejos Escolares de Participación Social, en los cuales están representados los padres de familia y tutores, que validaron el proceso de evaluación, acorde con los lineamientos de la SEP. Esta participación es una forma de ir entendiendo y asumiendo la corresponsabilidad de padres de familia y escuela en la formación de los alumnos.

Los resultados de ENLACE 2011, no son satisfactorios, pese a que la SEP declara que la calidad de la Educación Básica en México tuvo un avance en promedio de 3.1 puntos, en relación con el año pasado, excepto en español, materia en la que se registró una caída de 0.5 puntos respecto a 2010. El ENLACE arroja que más de 9 millones de estudiantes obtienen niveles de aprendizaje insuficientes y elementales en matemáticas y se tienen resultados preocupantes en la enseñanza de la lectura y la escritura. Se advierte también que las escuelas privadas siguen teniendo calificaciones por arriba de las públicas, esto contribuye a ampliar aún más la brecha entre ambas, de manera que se pone en duda la equidad educativa.

Si bien los resultados de ENLACE, a nivel nacional y global han tenido un crecimiento desde 2006 a la fecha, del 15.6 por ciento, siguen siendo resultados mediocres y alarmantes. No imagino que alguien pueda sentirse satisfecho con calificaciones de poco más de siete sobre diez. Sobre todo por tratarse de las asignaturas más importantes y que, con su dominio, se favorece el aprendizaje de otras disciplinas. 


Los maestros deben tener muy claro el significado de calidad educativa y actuar en consecuencia. No se pueden sentir satisfechos con estos resultados, sobre todo porque se ha invertido mucho dinero en su  capacitación, en infraestructura y en equipamiento de aulas con Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Sería lógico que toda esa inversión se evidenciara en calidad educativa. Es una cuestión de costo-beneficio.


A pesar de los pobres resultados, hay que destacar logros que deben llenarnos de orgullo y satisfacción, aunque parezca un contrasentido, y es el de los niños indígenas de primaria, que en matemáticas, han progresado 16.9 puntos porcentuales en los niveles de bueno y excelente, desde 2006 a 2011. En lo que se refiere al español, han avanzado 13.6 puntos porcentuales, en los mismos niveles y en el mismo periodo, con el agravante de que deben lidiar con dos idiomas. Su progreso ha sido constante desde el 2006. 


Es evidente que la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) ha realizado un buen trabajo en lo que respecta a la profesionalización y formación continua de docentes. Son maestros que, trabajando con muchas carencias, realizan una tarea social de alto impacto para los niños indígenas, sus comunidades y para todo el país. Sin embargo, ellos son una excepción, la realidad es que no podemos sentirnos satisfechos y hay que analizar a fondo qué es lo que está fallando en el sistema educativo de México.


Los discursos oficiales se llenan de frases hechas sobre la importancia de la educación para formar ciudadanos competentes y como motor del desarrollo económico de un país, pero se quedan en letra muerta porque la impunidad prevalece en situaciones de resultados mediocres. Es obvio que tantos cambios a los planes y programas, a la metodología, a carrera magisterial, a evaluaciones de maestros y a la capacitación docente, no están funcionando como se esperaba.


Motivar a los buenos maestros con incentivos es una excelente medida, pero también es necesario exigirles a los que no lo son. En pocos trabajos se mantiene a alguien que tiene  un desempeño anodino o que no da resultados. Por otro lado, el examen de oposición a maestros para acceder a una plaza, siendo una buena medida, empieza a degradarse dado que se otorgan a los que ni siquiera los aprueban. Urge inundar nuestro sistema educativo con buenos maestros.


La evaluación de ENLACE, Para bien o para mal, se ha convertido en una prueba que la sociedad mexicana espera con inquietud para tomarle el pulso a la educación de nuestro país. Seguir evadiendo los pobres resultados, justificándolos con estadísticas de avance relativo o quitarle importancia, no los hará mejores, al contrario, se seguirá navegando entre la justificación y la autocomplacencia, evitando enfrentarse a la verdadera raíz del problema, fingiendo que vamos bien para no encararla. Es tiempo de actuar, porque nadie desea un país de mediocres. Petra Llamas  


Publicado en La Jornada de Aguascalientes el 23 de septiembre del 2011. 

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